
Hoy lejos de la exhuberancia de Los Angeles, Chicago, Las Vegas y Nueva York, la clase media está en pánico y se angustia porque no sabe que puede venir en su movilidad social de lo que fué símbolo legendario de bonanza.

Según un informe del Instituto de Economía Política de los últimos 30 años, el 10% de los norteamericanos más ricos ganaba 20 veces más que el resto del país, hoy percibe 75 veces más . Ante ésto, los ricos, son más ricos pero la mayor erosión está en la clase media que los distancia de la pujante riqueza de las metrópolis y con mayor esfuerzo para sobrevivir en ellas, buscan urbes más pequeñas.
Existe el contraste de la opulencia y la mayor pobreza en Birmingham con los flamantes edificios flat en contraste con los pobres.
Las crisis agudas no reconocen diferencias entre la clase media en la debacle, no selecciona a los más o menos pudientes ni a los que tiene mansiones y ven como baja su valor de la propiedad como aquellos que quisieron ascender a mejorar su condición social, son los que más sufrieron.
Por otra parte la recesión empeora las cosas ya que las empresas anuncian despidos y ésto afecta mucho más a los hispanos y afroamericanos ya que tienen pocos recursos al acudir al mercado negro de hipotecas que ahora no pueden solventar.
La crisis hizo olvidar a Al-Qaeda y Bin Laden que antes alimentaba la inseguridad con preocupación, ahora poco se habla de planes futuros de ataque. Ahora el ataque está en la turbulencia global por el casino financiero que perjudicó a todos y se predice que personas pobres con hambre de 840 millones pasarán a 1100 millones en el mundo con la suba de los alimentos.
Para la gente pobre la crisis de Wall Street pasó para Main Street de clase media al ver perder sus empleos y ahorros así como se agudiza la crisis en EE.UU también se puede propagar hacia América latina que tambíen está en riesgo.
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