googlef87c5bb6a5dde55a.html content='pX8WnVSvXsrSCE6ThXyzIIPFKBjDfIQaaLIdDsNIBzY=' ADNpressOnline: 2016-08-28

miércoles, 31 de agosto de 2016

Brasil; La destitución de Dilma Rouseff


La principal acusación que podría costarle el cargo a Rousseff no es exactamente por el dantesco escándalo de sobornos en Petrobrás, que salpica a su gobierno y a la clase política brasileña en general.
Se señala también que la campaña de reelección presidencial en 2014 recibió dinero desviado de la petrolera estatal y de grandes obras públicas, como se ha reportado que admitieron ex ejecutivos de la constructora Andrade Gutierrez ante los fiscales.
La acusación central contra Rousseff en el Congreso es que violó normas fiscales, maquillando el déficit presupuestal.
"Lo que está en juego no es sólo una cuestión legal, sino de estrategia política de los actores involucrados", dijo Carlos Pereira, politólogo de la Fundación Getulio Vargas, una universidad brasileña de élite.
El fundador del partido PT Helio Bicudo de 93 años que promueve su caída dijo que la presidenta había cometido una serie de actos "en el sentido de violar la legislación respecto a la salud fiscal del país, dando la impresión de que todo estaba bien".
La denuncia alude en particular a lo que en Brasil se llaman "pedaladas fiscales", que implican el uso de fondos de bancos públicos para cubrir programas de responsabilidad del gobierno y ésa práctica está prohibida por una ley de Responsabilidad Fiscal. Aunque ésas maniobras contables fueron usadas por gobiernos anteriores, y hay datos oficiales que indican que se volvieron mucho más frecuentes durante la gestión de Rousseff.
Exguerrillera, la primera mujer en asumir la presidencia de Brasil (2010), que fuera torturada durante el régimen militar en Brasil (1964-1985), volvió a sentarse en el banquillo de los acusados 46 años después, y así lo contó: "en la lucha contra la dictadura, recibí en mi cuerpo las marcas de la tortura".
Fue en el único momento al hablar de ésos años en prisión, su voz se quebró y sus ojos se empañaron. "Por eso, ante las acusaciones en mi contra en éste proceso, no puedo dejar de sentir en la boca, nuevamente el gusto áspero y amargo de la injusticia", destacó y "por eso resisto, al igual que en el pasado".


Durante la jornada Rousseff fue interrogada casi sin descanso por sus detractores y aliados bajo la mirada de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) su padrino político, y la figura que encarnó el despegue de Brasil, el éxito de la lucha contra la pobreza y el presidente más popular de la historia moderna.
Soy "inocente" y ésto es un "golpe de estado". La sesión fue maratónica desde que se inició por la mañana con su discurso de más de 40 minutos, y prevé finalizar tarde en la noche.
El Senado de Brasil ya cuenta con los 54 votos a favor de la destitución de la presidenta
suspendida Dilma Rousseff, que son suficientes para removerla del cargo, informó el diario Folha de São Paulo.
El Senado brasileño escuchó por última vez éste martes los argumentos de la defensa y la acusación en el juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff y ahora se apresta a dictar la sentencia definitiva,
El Senado brasileño decidió finalmente destituir a Dilma Rousseff trás un largo proceso de impeachment que acabó con una votación en la que 61 de los 81 senadores votaron a favor de la salida de la mandataria del gobierno brasileño.
La mandataria se salvó de la inhabilitación para ejercer un cargo público durante los próximos ocho años después de una segunda votación en la que 42 senadores se mostraron partidarios de la inhabilitación, 36 en contra y tres se abstuvieron. Para que Rousseff fuese inhabilitada habría sido necesaria el voto favorable de al menos dos tercios del senado.
En 1992 el entonces presidente Fernando Collor de Mello renunció a la Presidencia instantes antes de que el Senado celebrase la votación de su destitución, en un proceso similar al que enfrenta Rousseff, pero el Senado decidió inhabilitarle del mismo modo pese a su jugada para evitarlo.
Con la destitución de Dilma Rousseff se pone fin así a un juicio político que ha paralizado la política brasileña durante los últimos meses, mientras el país sigue inmerso en una fuerte crisis económica y social en la que no hay ninguna señal de recuperación.
La sesión la abrió el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quién ha sido el encargado de dirigir los trámites en su condición de garante constitucional de un proceso en el que Rousseff respondía por unas supuestas irregularidades fiscales que la defensa niega y la acusación ha considerado “completamente probadas”.
Para que se concretase la destitución de Rousseff, que confirma en el poder al presidente interino, Michel Temer, necesitaba que lo decidiese una mayoría calificada de 54 votos, equivalente a dos tercios de los escaños del Senado.
En ésa sesión que se prolongó durante 16 horas, intervinieron 63 senadores, de los que 42 anunciaron que votarán a favor de que la mandataria pierda el cargo, 18 se pronunciaron en contra y sólo 3 no aclararon su posición, pero dieron indicios de que apoyan la salida de Rousseff.
Ricardo Lewandowski leyó un resumen de las acusaciones y los alegatos de la defensa frente a los cargos que pesan sobre la mandataria, referidos a la emisión de decretos que alteraron los presupuestos sin autorización parlamentaria y la contratación de créditos para el Gobierno con la banca pública.
La decisión que la Rousseff aguardaba en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia que aún ocupa, pero que deberá dejar al confirmarse su destitución.
Temer esperaba en el Palacio presidencial de Planalto, vecino a la sede del Parlamento, a la que se dirigirá trás confirmarse la destitución de Rousseff para asumir el cargo presidencial que ocupa interinamente y provisorio desde el pasado 12 de mayo, cuándo se instauró el proceso y la mandataria fue suspendida de sus funciones.


Ya como nuevo presidente de Brasil Michel Temer tiene previsto partir hacia China para asistir a la Cumbre del G20, que supondrá su estreno presidencial en el ámbito internacional, inmediatamente después de ser confirmado en el poder.
A pesar de su salida, al retirarse Rousseff quiso transmitir esperanza a sus admiradores y cerró su discurso parafraseando al poeta Vladimir Maiakovski: "No estamos alegres, es verdad, pero también, ¿por qué razón deberíamos tristes? El mar de la historia es agitado"