googlef87c5bb6a5dde55a.html content='pX8WnVSvXsrSCE6ThXyzIIPFKBjDfIQaaLIdDsNIBzY=' ADNpressOnline: 2013-09-29

martes, 1 de octubre de 2013

"Crisis presupuestaria en EE.UU con cierre parcial del gobierno federal"


El primer "cierre" del gobierno federal se registró en 1976 en los últimos meses del gobierno republicano de Gerald Ford, al negarse aprobar un aumento del presupuesto del Departamento de Trabajo y de la cartera de Salud, Educación y Bienestar Social. Duró 10 días, pero abrió una temporada de continuos enfrentamientos entre la Casa Blanca y el Capitolio en Washington.
El período más conflictivo se concentró durante el gobierno de Jimmy Carter, en la segunda mitad de la década de 1970, según consigna ANSA, y el entonces presidente demócrata enfrentó cinco "cierres" entre octubre de 1977 y octubre de 1979, que duraron desde 8 hasta 18 días que coincidieron con la llamada segunda crisis internacional del petróleo con los momentos más tensos de la historia reciente de Estados Unidos.
Durante la década del "80" el presidente republicano Ronald Reagan enfrentó ocho "cierres" del gobierno federal, pero todos fueron relativamente cortos y la mitad no llegó a durar un día entero.
Las disputas entre los poderes Ejecutivo y Legislativo continuaron con su sucesor, el también republicano George Bush padre, aunque sólo llegaron a la situación límite de vencer el plazo del año fiscal y "cerrar" las funciones "no esenciales" del gobierno federal una vez durante tres días.
Pese al largo historial de 17 "cierres" del gobierno estadounidense, estuvo en la mente de dirigentes y ciudadanos fue el que sufrió el ex presidente demócrata Bill Clinton entre fines de 1995 y principios de 1996, el más largo de la historia del país.
Clinton ya había sufrido un "cierre" de cinco días en noviembre de 1995, impulsado por la bancada republicana le reclamaba un plan a largo plazo de equilibrio presupuestario.
Pero fue en un año de las elecciones presidenciales, que la confrontación entre demócratas y republicanos alcanzó una tensión poco usual, que llevó al gobierno federal a "cerrar" durante 21 días.
La Casa Blanca estimó más tarde que el prolongado "cierre" le costó al Estado más de mil millones de dólares, no obstante dado el buen momento económico que transitaba el país, el impasse presupuestario no perjudicó al crecimiento nacional de ése año.
Actualmente el gobierno de Barack Obama está intentando salir de una de las peores crisis económicas de las últimas décadas.
El Senado, donde los demócratas son mayoría, rechazó, por 54 votos a favor y 46 en contra, la ley aprobada por la Cámara de Representantes, lo que hace casi inevitable que el gobierno tenga que suspender por falta de fondos actividades no esenciales cuándo termina el año fiscal, pero el Senado votó en contra de la enmienda de los republicanos, presionados por su sector más derechista, el Tea Party, aprobaron para condicionar el aporte financiero y evitar un cierre parcial del gobierno federal.
"El destino del país está en juego", enfatizó el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, trás la votación y de los líderes republicanos de la cámara baja que presentaron un nuevo plan presupuestario, que seguía atacando la reforma sanitaria aunque permitía evitar el cierre del gobierno.
En su nueva propuesta se postergaría de enero de 2014 a enero de 2015 la entrada en vigor de la cláusula legal que hace obligatoria la contratación de un seguro de salud para todos los estadounidenses, según declararon fuentes republicanas al Washington Post y a la revista Político.
El presidente de EE.UU, Barack Obama, ya había planteado que no estaba "resignado en absoluto" a que el Congreso provocase el "cierre" parcial del Gobierno federal por falta de acuerdo.
Trás confirmarse el empantanamiento, Obama advirtió que el cierre "trabará los engranajes" de la economía del país en un momento clave para la recuperación, a no ser que el Congreso lo evite y además agregó, que haga lo que haga el Congreso, la reforma de salud seguirá imponiéndose.
"Una parte importante de la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible entra en vigor de inmediato y no importa lo que el Congreso decida hacer hoy", sentenció en una conferencia de prensa en que estuvo Telam, y subrayó que los fondos para ésa ley "ya están implementándose y no pueden "cerrarla".
El mandatario norteamericano acusó luego de irresponsables a los republicanos por poner en riesgo la leve mejoría de la economía estadounidense con sus bloqueos parlamentarios.
Pero la falta de acuerdo acerca del presupuesto para el ejercicio 2014 y el límite de endeudamiento federal provocó, que Wall Street abriera hoy con un fuertes descensos, que el Dow Jones cayera el 1%, el selectivo S&P pierda el 0,88% y que el índice compuesto del mercado Nasdaq ceda el 1,08%.
Al cierre se sumaron las caídas, del 0,84% en el Dow Jones, un 0,6% el S&P, y y el Nasdaq ceda el 0,27% el Nasdaq.
El dólar también siguió a la baja y se disparó el seguro con el que los inversionistas se cubren ante un eventual incumplimiento de los bonos de Estados Unidos, lo que prendió la luz roja en el tablero de riesgos a nivel internacional.
Ese cierre obligaría a mandar a casa a casi 800.000 funcionarios durante el tiempo que dure la escasez de fondos y podría costar más de 1.000 millones de dólares a las arcas públicas, según la Casa Blanca.

La parálisis en el Congreso también afecta las negociaciones por el techo de deuda, cuyo límite se superará el 17 de octubre, momento en que el Tesoro de Estados Unidos dispondrá solo de 30.000 millones de dólares para cumplir con sus obligaciones.
Por ello, Obama fue bien claro cuando subrayó que dejar al país sin presupuesto y sin dinero para pagar las facturas desatará una nueva crisis que podría afectar a todo el mundo.
"El dólar es la moneda de reserva y la deuda que establece el Tesoro es la base de nuestro mercado de capitales no se juega con estas cosas", añadió.
Un cierre prolongado del gobierno federal y una cesación de pagos tendrían un efecto dominó que va mucho más allá de Washington, ya que afectaría a los mercados financieros, elevaría la tasa de desempleo y desaceleraría el tímido crecimiento, según economistas.
La parálisis está llegando a tal extremo que grupos empresariales afines a los republicanos demandaron a sus correligionarios que aprueben el nuevo presupuesto aún cuando no logren frenar el "Obamacare", la reforma con la que el presidente dotó de seguro médico a todos sus compatriotas.
"No está en el interés de los empleadores, empleados y del pueblo estadounidense arriesgar un cierre del gobierno que será económicamente perjudicial y crear aún más incertidumbres para la economía del país”, dijo la Cámara de Comercio de Estados Unidos en una carta enviada al Congreso.
El presidente, visiblemente irritado, dijo que no cederá un ápice y señaló a los republicanos como los responsables de volver a llevar al país a una crisis.
“Nadie puede amenazar la imagen y el crédito de Estados Unidos para beneficio propio. Nadie puede dañar nuestra economía y la de millones de personas inocentes sólo porque hay un par de leyes que no les gustan”, destacó.
Las encuestas indican que Obama está apuntando hacia el blanco correcto según el último sondeo de la cadena estadounidense CNN, un 46% culparía a los republicanos por el cierre del gobierno,  mientras que un 36% consideraría responsable a Obama y un 13% a ambas partes por igual.