googlef87c5bb6a5dde55a.html content='pX8WnVSvXsrSCE6ThXyzIIPFKBjDfIQaaLIdDsNIBzY=' ADNpressOnline: 2010-09-12

sábado, 18 de septiembre de 2010

Las previsiones económicas futuras para la América del Sur

Para los próximos 30 años América del Sur estará posicionada como el eje económico que más desarrollo tiene previsto con respecto al Asia Pacífico, y tendría una clase media emergente de 1200 millones de personas de las cuáles la mitad serán chinos, y el resto latinoamericanos con una gran mayoría de brasileros y africanos, por lo que crecerá la demanda de alimentos y un consumo per cápita con un aumento del 6.4% anual que se mantendrá después del 2014.
Para el Cono Sur, Brasil será el motor económico con su producción y exportaciones concentradas hacia Europa, Asia y EEUU, al tener ganado el comercio exterior después de atravesar mejor su crisis económicas al saber diversificar sus mercados.
Esto supone un juego estratégico en la producción ya que también tendrá previsibles dificultades al esperarse que para el 2030 el 41% de las reservas de agua en el Asia estarán utilizadas.
Satisfacer la demanda de alimentos en proximos años necesitará agregar 120 millones de Has de tierras cultivables con recursos acuíferos sustentables y para ello se consideran a 9 paises, seis de los cuáles son latinoamericanos como la Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Uruguay y Paraguay y tres africanos que son Angola, Congo y Sudán.
 El director operativo del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación de Standard Bank considera que deberá trabajarse con perspectivas positivas advirtiendo que las tendencias es, que más gente se incorpora a la competencia económica global en las últimas décadas y por ello tanto consumidores, traajadores y emprendedores vivirán en las grandes ciudades con mejor poder adquisitivo en clase media,  y ellos demandarán  alimentos y otros bienes de consumo, y éstas tendencias no solo serán para el Asia sino que también otras regiones como Latinoamérica que serán sus compradores.
Para China procurará abastecerse en otros mercados de sus necesidades y necesitarán controlar sus fuentes de origen comprando más tierras, instalando sus empresas con su gente y acentuando un mejor control aduanero. Ello pasa porqué necesitarán crear empleos para adaptar nuevos productos a sus preferencias sociales y culturales. Para ello exportar sus comodities será fácil pero ascender su cadena de valor de bienes requerirá de empresas que operen en nuestro país, con un sostenido esfuerzo tecnológico de producción y organización con una estabilidad macroeconómica y política adecuada.
Muchos sabrán aprovechar ésta condición como los paises limítrofes como un gran desafío abierto al trabajo, la innovación y trabajo en equipo con los argentinos. 
Para el 2050 la población tendrá aumentado a 9.000 millomes y un 90% de éste incremento se producirá en China, India, Rusia y Africa subsahariana estimado por el Banco Mundial.
La investigación hecha por Flacso cree que no será deficiente el modelo de exportar sólo materia prima, y se puede sostener si hay política distributiva como lo hace Noruega con el petróleo, pero no sería igual para Argentina donde el superávit comercial está en manos del Estado y la producción en manos privadas, si ésto no se cambia y generará conflictos en la distribución. 
Desde la revolución industrial en 1930 la Argentina es capaz de producir de modo competitivo lo que demanda su economía, y exportar al mercado asiático sus comodities como lo hace Noruega, Australia y Canada con una creciente diversificación que mejoraron la competividad de sus productos, mientras que  nosotros usamos una estrategia defensiva con lo cuál tendremos que aspirar llegar a ser el primer productor y exportador en el mundo de alimentos por tener el 28% de agua dulce, reservas de minerales y recursos energéticos y alentar proyectos externos que deseen afincarse en el país.
La integración energética, y la financiera serán para solucionar la pobreza, la exclusión y la indigencia para atraer inversiones que demanden trabajo calificado.
En el Perú se está aprovechando el desarrollo de la agroindustria con atracción de inversiones extranjeras con reglas claras y política coherente. En la reunión del CEPAL se dejó algo claro: "A la región le irá bien si al mundo le va bien" no solo al Asia y India porque las ventas del Mercosur crecerían un 25,7% en 2010/11, y entonces América del Sur daría señales de que haciendo las cosas bien, el mundo la mirará mejor.
Una proyección de crecimiento para el largo plazo a nivel productivo aumentará los mercados regionales, estimulará la complejidad del sector industrial que hará más relevante al país. Lejos de una observación excesivamente optimista y asiático dependiente está un futuro promisorio, para sonreirle a los orientales pero habrá que arbitrar que las sonrisas sean duraderas.
Brasil es el otro motor de empuje regional que traccionará la economía en la región para diversificar los mercados con mirada al Asia a pesar de tener centralizado a Europa y EE.UU en sus exportaciones que llega al 55% del comercio exterior.
Desde  2003 cuando asumió Lula viene creciendo el comercio exterior brasileño hacia el 2005 con U$S 118.000 millones, en 2008 llegó a U$S 198.000 millones y el 2010 alcanzará los U$S 180.000 millones, y por ello China pasó a ser su principal destino de sus exportaciones dejando atrás EE.UU y Argentina.
 Los productos básicos brasileros conforman el 43.4% de sus exportaciones frente al 40,6% de los productos manufacturados que exporta para América y Sudáfrica, Argelia, Libia y Egipto,
pero también el Mercosur es prioridad comercial en la región.
“Brasil no es la China de América Latina, al menos no todavía, porque el flujo comercial y de capital en la región es limitado,” indicó Sergio Valderrama, analista de Moody’s y autor del reporte. “Sin embargo, si el desempeño económico de Brasil se torna un factor de empuje, podría derramar efectos positivos que pudieran contribuir al fortalecimiento de las calificaciones soberanas de la región en los próximos años.”
Aunque las economías de América Latina no son tan abiertas ni tan integradas regionalmente como las asiáticas, comentó el analista, esta condición está cambiando gradualmente a pesar que el gigante asiático se convirtió en el primer semestre del 2010 en el principal inversor en Brasil. Las fichas chinas apostaron en tierras, minas, exploración de gas y en el sector siderúrgico. Así el desafío chino en Brasil está orientado en gestar materias primas exportables para ser utilizadas en producir bienes finales de productos manufacturados.
La política china está orientada en producir empleo en su país usando la inversión extranjera en asegurar materia prima para aumentar sus niveles de producción y no depender de la exportación de commodities que es más riesgoso.  
La apertura comercial en América Latina incrementó a 55% del PIB en 2006-2009 de alrededor de 40% a finales de los 1990, lo cual está todavía por abajo de la marca de 110% de Asia.
“El auge económico que goza Brasil actualmente,es la mayor estabilidad macroeconómica y las mejores perspectivas de crecimiento a mediano plazo, podrían tener efectos positivos directos e indirectos en otros países de Sudamérica, debido al gran tamaño de su economía,” indicó Valderrama.
El PIB de Brasil de 2,200 millones de dólares estadounidenses excede el PIB de 1,500 millones de dólares del resto de Sudamérica.
El impacto directo de Brasil con sus vecinos incluye mayores niveles de comercialización de bienes y servicios así como inversión extranjera directa, señala el reporte de Moody’s, mientras que la influencia indirecta incluye un mejor sentir del mercado con respecto a la región en los mercados financieros internacionales, y el hecho de que Brasil sea un modelo a seguir en cuánto a buenas y estables políticas económicas.
“Los países vecinos están observando de cerca a Brasil”, comentó Valderrama. “El atractivo de Brasil se ha reforzado por el liderazgo que emana del Presidente Lula da Silva y por el éxito de sus políticas económicas, que muy probablemente continúen prácticamente sin cambio con el nuevo gobierno de Dilma Russoff.”
Finalmente, continuó el analista, el papel un tanto de liderazgo que juega Brasil en la región podría servir para contrarrestar la influencia política de países que se han dedicado a estilos de gobierno de confrontación y políticas económicas poco ortodoxas.
El reporte titulado, “Brazil's Positive Spillover Effects in South America,” está disponible en moodys.com.