googlef87c5bb6a5dde55a.html content='pX8WnVSvXsrSCE6ThXyzIIPFKBjDfIQaaLIdDsNIBzY=' ADNpressOnline: 2011-11-13

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La ira de los españoles por el fracaso socialista anterior lleva a Rajoy como ganador al PP

MADRID (Reuters) - La ira de los votantes por la situación económica de España llevará probablemente a la victoria con abrumadora diferencia al Partido Popular en las elecciones del domingo del 20-11-2011, será un mandato contundente para que la formación de centroderecha pueda recortar el gasto público e intente rescatar al país de la crisis de la eurozona muy comprometida.
Los socialistas, que llevan siete años en el poder, se convertirían en la última víctima política de los males económicos de Europa, castigados por los votantes que los culpan de no curar una economía enferma ni poder reducir una de las peores protestas de paro en la Unión Europea.
Los vecinos de España de la periferia en la eurozona - Grecia, Irlanda, Italia y Portugal - han cambiado todos de dirigentes éste año, que ha profundizado la crisis de la deuda en los países del euro, la moneda única.
El PP, que dirige Mariano Rajoy, tiene una ventaja de 17 puntos sobre el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba y va consolidando el camino hacia lograr la victoria más amplia para un partido conservador, desde el regreso de la democracia hace 35 años.
Mientras el país parece hundirse en una nueva recesión profunda, la agonía de los socialistas junto con el temor que el país acabe sucumbiendo a la necesidad de un rescate por una crisis, que ha llevado valores de financiación de endeudamiento a niveles peligrosamente elevados.
Uno de cada cinco trabajadores españoles no tiene empleo y en 1,4 millones de hogares nadie tiene un trabajo formal, un millón de familias está bajo amenaza de que les embarguen sus casas tras no poder pagar sus cuotas mensuales, según la Asociación de Usuarios de servicios Bancarios (Ausbanc).
Rajoy, un registrador de la propiedad de 56 años, serio y cauto que pasó por varias carteras del anterior gobierno del PP con José María Aznar, no es especialmente amado por los españoles, pero está considerado como mejor gestor económico que Rubalcaba, un antiguo profesor de química de 60 años como su rival al haber sido ministro del Interior.
"Hay una percepción de que los socialistas gestionaron mal la economía, lo que se refleja en el 22 por ciento de tasa de desempleo, y hay una percepción de que un cambio mejorará las cosas", indicó Antonio Barroso, analista de la consultora Eurasia Group.
Desde mayo de éste año, por su parte el movimiento de los "indignados", protagonizado por los jóvenes, se ha manifestado en las plazas contra los dos grandes partidos, criticando sus políticas que benefician a los más adinerados y al "statu quo" en un momento de creciente pobreza y dignidad.
El movimiento del 15-M tuvo un enorme impacto nacional e internacional e inspiró protestas como el Occupy Wall Street, pero los sondeos no esperan que tenga la fuerza suficiente como para alterar de manera significativa los resultados de las elecciones del domingo.
Rajoy quita importancia a los "indignados" y a los sindicatos, calculando que las protestas no serán lo suficientemente grandes como para bloquear las contundentes reformas con las que se facilitará el despido y la contratación, se reducirán los impuestos para las empresas y la reducción del gasto en ayuda para el desarrollo interno, televisiones públicas y otras cuestiones económicas.
Se espera que se logre una ventaja amplia y su partido supere cómodamente los 176 escaños necesarios para la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, que se sumarían al control de la mayoría de las 17 comunidades autónomas y de los ayuntamientos, sobre todo de las grandes ciudades.
Los españoles, a diferencia de los griegos, cuyas protestas contra las medidas de austeridad han sido continuas, parecen dispuestos a apretarse el cinturón después de que los excesos en el jolgorio de crédito y la construcción de la primera mitad de la década de 2000, dejó un rastro final de aeropuertos sin usar y edificios vacíos o sin terminar y una cresciente desocupación.
"Lo que vamos a recibir es muy difícil y no va ser fácil arreglar de inmediato y creo que es bueno decírselo a la gente porque si decimos la verdad y hacemos el diagnóstico justo y bien, ya deberíamos empezar a tomar medidas", declaró Rajoy en una entrevista reciente en Antena 3. Rajoy sostiene que puede cumplir el ambicioso objetivo comprometido con la Unión Europea de recortar el déficit publico al 4,4 por ciento del Producto Interior Bruto sin tocar las políticas sociales.
Defiende los recortes del gasto que estimularán en lugar de dañar las inversiones ya que la restauración de la confianza hará que vuelva a fluir el crédito en los bancos y con una recesión de dos años después de la última, es poco probable que consiga crear empleo a corto plazo.
"Si no tenemos resultados rápidos, en un año vamos a estar en las calles matándonos los unos a los otros", afirmó mientras fumaba un cigarrillo fuera de una oficina de empleo en Madrid. "Si el agua empieza a entrar en el barco, no puedes simplemente sentarte a estudiar las cosas, hay que empezar a sacar el agua".
La mayoría de los españoles se definen como de izquierdas y deberían poner un techo a los votos del PP a pesar de que Rajoy ha llevado una formación más centrista si se compara con Aznar, que gobernó de 1996 a 2004.
Para no ahuyentar a los votantes, Rajoy evitó definir dónde hará los recortes y se ha centrado en castigar a los socialistas por una tasa de desempleo "insoportable e inaceptable".
Sus asesores han diseñado una campaña cauta, temiendo que Rajoy pudiera arruinar sus opciones de lograr una mayoría absoluta siendo cauto para enumerar agresivos recortes como hizo el primer ministro británico, David Cameron, antes de las elecciones del año pasado.
El presidente del Gobierno actual, José Luis Rodríguez Zapatero, es muy impopular entre los votantes, que no le perdonan las duras medidas adoptadas en su gobierno, diseñadas para proteger al país de los ataques de los mercados de bonos.
Cuando Zapatero decidió que no se presentaría a las elecciones y adelantó los comicios a noviembre (previstos inicialmente en marzo de 2012), los socialistas del PSOE vieron en el veterano y honorable político Rubalcaba su única opción para evitar que el PP controlase el Parlamento.
Rubalcaba parece no conseguir su objetivo del voto popular y calificó la estrategia de Rajoy de "campaña valium" y advirtió que las políticas del PP perjudicarán a los hospitales y las escuelas, pero saber que ha sido su ministro del Interior durante cinco años, su credibilidad para crear empleo actualmente es nula.
El candidato socialista Pesoísta no pudo rentabilizar en las encuestas su papel central a la hora de acercar la paz al País Vasco, incluso después de que ETA anunciara en octubre el cese definitivo de su actividad armada y al final de la campaña, Rubalcaba suena derrotista.
En el único debate celebrado entre ambos candidatos, el político socialista interpeló en repetidas ocasiones a Rajoy como si ya fuera el líder de la oposición, preguntándole qué medidas tomaría cuando llegue al poder.
Los planes de Rajoy con el poder absoluto
Mi único enemigo será la crisis económica", dijo anoche Rajoy, conciliador, ante miles de militantes enfervorizados que se congregaron frente a la sede partidaria en la calle Génova, de Madrid.
"Estamos ante una hora decisiva. No habrá otros enemigos que el desempleo y el estancamiento económico", advirtió Rajoy. "No habrá milagros. No los hemos prometido: vamos a gobernar en la más delicada conyuntura de los últimos 30 años", añadió.
En su discurso, Rajoy pareció ser claro al dejar entrever en sus palabras que la Unión Europea será el faro en sus políticas de gobierno. "Seremos el más leal, pero también el más exigente de los socios. Dejaremos de ser un problema, para volver a formar parte de la solución".
El líder del PP lanzó proclamas conciliadoras como que gobernará "procurando que por ninguna circunstancia nadie se sienta excluido de la tarea común".
Consultado por BBC Mundo, Marcos Roitman, profesor de Estructura Social de España en la Universidad Complutense de Madrid, consideró que el líder del PP simplemente "seguirá por el mismo camino que Zapatero, en el sentido de cumplir a rajatabla con los requisitos que le ha puesto el Banco Central Europeo". Aunque teme que "la derecha hará muchos más recortes que el PSOE, a lo mejor en aspectos sociales, o en aspectos de la cultura".
Sin embargo, no cree que los 186 escaños que ha obtenido en el Congreso, le den un plus de legitimidad a la hora de actuar. Esto, más allá de que no tendrá necesidad de pactar las decisiones con ningún partido de la oposición. "En un Congreso de 350 tener 200 es lo mismo que tener 176", sostiene y agrega que "el régimen parlamentario puede ser tan totalitario como un régimen presidencialista".
En cuanto a lo económico, el politólogo Xavier Torrens, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona, considera que el nuevo gobierno tendrá que hacer cambios sí o sí. "Cualquiera que ganase estaba obligado a recortar, el tema es dónde y ahí sí que hay diferencias entre partidos políticos", aseguró.
Torrens recuerda que en el programa del PP se habla de que "la Administración Pública no tiene que ser la principal gestora de los servicios". "Entonces allí entra el tema del sector privado", puntualiza. También se anima a aventurar un recorte en los altos cargos de la administración. "Habrá menos ministros, menos secretarías generales, y direcciones generales", considera.
/Por Fiona Ortiz/y ADNpress