googlef87c5bb6a5dde55a.html content='pX8WnVSvXsrSCE6ThXyzIIPFKBjDfIQaaLIdDsNIBzY=' ADNpressOnline: 2017-02-19

lunes, 20 de febrero de 2017

"Trump gestiona situación caótica en la Casa Blanca"



El nuevo presidente de EE.UU Donald Trump con su estilo impulsivo y caótico de su campaña electoral ahora está gestionando una Casa Blanca a la deriva, donde las contradicciones y luchas de poder, cancelaciones de actos, filtraciones y hasta una renuncia de su reciente asesor de seguridad han marcado las primeras semanas de inestabilidad y caos en el Gobierno. "Es una Casa Blanca disfuncional nadie sabe quién está a cargo de qué y tampoco sabe de quién está marcando las políticas", comentaba un grupo de periodistas el senador republicano y excandidato presidencial John McCain. En la conferencia de prensa que dió desde la Casa Blanca, desordenada y con variados encontronazos con algunos periodistas, el propio Trump dijo que cuándo enciende la televisión o abre un periódico lo que vé son "historias caóticas". "Sin embargo, es lo contrario", al argumentar que su Gobierno funciona "como una máquina perfectamente engrasada" y si no lo parece, es por culpa de las "noticias falsas" de los medios, ante los que afirmó: "El público medio ya no las cree". Pero lo cierto es que el mandatario no trasmite mucha sensación de orden, por ejemplo con sus tuits, normalmente enviados a primera hora de la mañana y a través de su cuenta personal de Twitter (@realDonaldTrump), que sigue usando pese a que dispone también de la oficial asignada al presidente estadounidense (@POTUS). Con ésos tuits, a Trump le ha servido para generar numerosas polémicas que su portavoz Sean Spicer, o sus asesores más cercanos han tratado de suavizar y que han desembocado en crisis como la cancelación de una visita programada a la Casa Blanca del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
La imprevisibilidad de Trump ha llevado también a sus asesores y colaboradores más inmediatos a contradecirse mutuamente al intentar transmitir de la manera más fiel posible el mensaje más incierto del presidente. Además Kellyanne Conway, portavoz y consejera presidencial, uno de los rostros más frecuentes en las cadenas de televisión como la protagonista hasta la fecha, de varias imprevisiones y metida de pata de sus afirmaciones. Gracias a ella es la famosa expresión "hechos alternativos", que usó para defender a Spicer cuándo los medios la acusaron de mentir sobre las cifras de asistencia a la investidura presidencial de Trump.
Más recientemente, Conway hizo publicidad desde la Casa Blanca en una entrevista televisiva con la cadena Fox con la marca de ropa de Ivanka Trump, la hija mayor del mandatario. Conway por ello fue apercibida y recibió "consejo legal" por la Oficina de Ética del Gobierno (OGE) al proponer a la Casa Blanca sea sancionada por lo ocurrido. Aparte de las polémicas protagonizadas por Conway con sus varias filtraciones de información, han manipulado una Casa Blanca donde compiten por el poder y el tráfico de influencia sobre Trump dos bandos bien diferenciados: uno encabezado por el jefe de estrategia, Steve Bannon, y otro por el jefe de gabinete, Reince Priebus.
Bannon por su lado presidió "Breibart News", un conglomerado digital convertido en altavoz del nacionalismo y la "alt-right" (nueva ultraderecha), llamado por The New York Times "el presidente de facto" o por la revista Time el "gran manipulador" por su omnipresencia en las decisiones más audaces y polémicas tomadas por Trump.
Breibart publicó precisamente una historia con fuentes anónimas que culpaban del caos en la Casa Blanca a Priebus y sugerían que su continuidad estaba en riesgo, algo que negaron rotundamente el jefe de gabinete y Bannon en un encuentro conjunto con varios medios de prensa.
La multitud de filtraciones, algunas atribuidas por Trump a "gente probablemente" del Gobierno del expresidente Barack Obama, han revelado detalles muy precisos sobre la vida del magnate en la Casa Blanca, así como el contenido de conversaciones telefónicas que ha mantenido con otros líderes mundiales, y al menos en dos ocasiones desde que asumió el poder el pasado 20 de enero, Trump ha anunciado firmas inminentes de órdenes ejecutivas sobre ciberseguridad para investigar un supuesto fraude en las elecciones del pasado noviembre canceladas después sin previo aviso. Además, en menos de un mes en la Casa Blanca el presidente ha vivido su primera gran crisis de Gobierno con la renuncia de Michael Flynn como su principal asesor de seguridad nacional, trás conocerse que mintió al vicepresidente Mike Pence y a otros altos cargos sobre sus contactos efectuados con el embajador de Rusia.
También el vicealmirante retirado Robert Harward ha rechazado ser el nuevo consejero de seguridad de Donald Trump. Entre los motivos de la negativa, según medios estadounidenses, está el temor de que debía mantener al equipo de Flynn y que no tendría suficiente independencia en el Consejo de Seguridad Nacional. La decisión supone un duro revés para el presidente estadounidense y acentúa la convulsión que vive la Casa Blanca en las tres primeras semanas del republicano en el poder.


Finalmente el teniente general H.R. McMaster, un experimentado y respetado estratega del Ejército, es el nuevo asesor de Seguridad Nacional, Trump anunció la designación, junto a McMaster, en una comparecencia no prevista en su residencia de descanso en Mar-a-Lago, en Florida. McMaster, de 54 años, trabajaba actualmente en los centros de entrenamiento del Ejército de tierra y ha servido en las guerras del Golfo, Afganistán e Irak. Es conocido por hablar claro, un rasgo que valora Trump, y por ser un estudioso de la historia militar, calificándolo como “un hombre de tremendo talento y experiencia”.
Keith Kellogg, un general retirado del Ejército que ha asumido de forma provisional el cargo y será el jefe de gabinete del Consejo de Seguridad.
David Petraeus, el reconocido general que dimitió en 2012 como director de la CIA trás compartir información clasificada con su amante como autora de su biografía, fue condenado a dos años en libertad vigilada y una multa de 100 mil dólares por entregarle material secreto cuándo ella escribía el libro.
Los nombramiento no requieren de la aprobación del Senado, lo que evita a Trump un largo debate político.
Así Flynn, Christie y Giuliani formaron en el pasado un trío de agitadores que solía acompañar a Trump en sus viajes y todos ofrecieron provocadores discursos en la Convención Nacional Republicana el verano pasado, pero en los últimos siete meses desde que tuvieron sus momentos de protagonismo en Cleveland, todos se han visto relegados.
Algunas personas cercanas a Trump creen que las filtraciones que han golpeado a la Casa Blanca en los últimos días derivan de la decisión del presidente de dar la espalda a algunos de sus colaboradores leales.
Trump, que fomenta desde hace tiempo una cultura de rivalidad entre sus colaboradores entre bambalinas, también despidió a su segundo director de campaña. Paul Manafort abandonando el equipo después de que la prensa empezara a cuestionar sus contactos con autoridades rusas.
Christie, que proporcionó un primer apoyo crucial, perdió su trabajo como responsable de la transición y fue ignorado en el reparto de cargos en el gobierno.