La fortaleza medieval, situada en el norte de Rumanía, labró su fama íntegramente con la descripción del escenario de los acontecimientos de la escandalosa novela de Bram Stocker "El conde Drácula" y su edificación se inició en el año 1377 y concluyó en 1388, de acuerdo según la página web del castillo.
Sus paredes han visto y sustentado al propio príncipe de Valaquia Vlad III Tepes, nacido como Draculea y apodado posteriormente "el Empalador", sin embargo, la historia dice que el personaje que podría estar basado en Drácula nunca vivió en el castillo ni torturó a nadie en sus claustros, sino que fue capturado y hecho prisionero dos meses en sus mazmorras mientras la zona estaba dominada por el Imperio otomano.
El gran duque Domingo y sus hermanas, las archiduquesas María Magdalena e Isabel Habsburgo, no dan información sobre el precio de venta del castillo, pero según sus agentes, aceptarían vender la fortaleza por U$S 64 millones, mientras que los expertos estiman su valor en más de cien millones de dólares.
El castillo de Bran necesita algunas reformas según sugieren los visitantes más optimistas que vieron su estado, y para habitarlo haría falta añadir un par de cuartos de baño remodelados y unas cuántas capas de pintura para restaurarlo. Otros opinan que se encuentra medio en ruinas, pero los pequeños defectos visibles no privarán al futuro comprador de saberse propietario de unos cientos de metros cuadrados en los que, en presencia de Vlad III o sin él, fueron ahorcadas y descuartizadas miles de personas y que también fue famoso por su crueldad y su manera favorita de atormentar a sus enemigos empalándolos.
En la feria turística World Travel Market que se celebra en Londres donde también se presenta el árbol genealógico de la Casa de Windsor, que demuestra que la familia real se unió a los condes de Transilvania en el siglo XIX, cuándo el rey Jorge V se casó con María de Teck, y el principe Carlos es descendiente de Vlad III Drácula en la 16ª generación que inspiró a Bram Stoker para escribir su novela sobre el conde vampiro, que luchó contra el expansionismo otomano que amenazaba a su país y al resto de Europa.
Al príncipe no le da miedo esta relación, al contrario, hace unos años se compró una casa en Transilvania (en Rumanía), porque le encanta el país y desde hace años encabeza una fundación que se encarga de la restauración y conservación del patrimonio de aproximadamente 180 pueblos de Transilvania.
Además, Carlos ha trabajado mucho para la conservación de los bosques de la región donde siguen viviendo muchos animales que se muestran en el video, presentado en la exposición World Travel Market, donde el príncipe denomina a Transilvania como el tesoro nacional debido a sus paisajes y tradiciones agropecuarias.
La participación del príncipe es la promoción turística del país, así como su relación con Drácula mencionada en el film y en los folletos promocionales que han ayudado a aumentar el número de turistas desde el Reino Unido en un 7%, y además, es uno de los mayores atractivos turísticos de Rumanía, con 560.000 visitantes anuales.
AFP-RT-ADN
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