Quién le pone los límites a Obama y complica la presidencia con desafío se llama John Boehner.
Éste
republicano congresista de Ohio, que a la vez cumple el rol de
“speaker” de la mayoría de la Cámara Baja dominada por los republicanos,
no es menos que un gran negociador.
Es
además el que somete a votación los temas para el concenso en su
partido y ante el desacuerdo con Obama tiene a los EE.UU en la puerta de
un previsible defauld, que lleva perdiendo en una semana U$S 2000
millones por cierre de la Administración Federal, por el desacuerdo
entre republicanos y demócratas al no aprobar el presupuesto y definir
las finanzas públicas,
John
Boehner es el líder republicano de la Cámara de Representantes, y había
insinuado que no permitiría que el país caiga en default, según informó
el diario The New York Times.
Los
republicanos más ortodoxos piden a Obama que desista incluir en el
próximo presupuesto nacional que ya está corriendo (pues el año fiscal
empieza en Octubre y el 17 es el límite) su ley de Salud asistencial,
conocida popularmente como “Obamacare".
La gran duda es si Boehner va a sucumbir,
si va a terminar peleando con sus colegas republicanos, ó va a poder
seguir haciéndole frente a Obama, o si el Tea Party tomará las riendas
de la situación, ya que no sólo hay pelea contra el presidente sino
dentro de los mismos republicanos también suenan las campanas del
desacuerdo en éstos días ante la gravedad de la crisis política.
El 17 de octubre el Tesoro ya no estará autorizado a emitir deuda y apenas tendrá 30.000 millones de dólares disponibles para eventuales pagos, según dijo su secretario, Jack Lew.
Pero no será ese día la fecha en que, de ocurrir el peor de los escenarios, Estados Unidos entraría en default por primera vez en su historia y el gobierno federal dejaría de pagar, por ejemplo, sus haberes a los jubilados, los intereses sobre su deuda o los salarios a los soldados.
"Es imposible prever con precisión" una fecha exacta, insiste Lew ya que se depende de gastos variables y de los ingresos que puedan generar los impuestos cotidianamente.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) vaticina como fechas posibles para un default la brecha entre el 22 y el 31 de octubre.
Los primeros pagos que se presentarán luego del 17, corresponden a prestaciones sociales: pensiones a jubilados por 12.000 millones de dólares el 23 de octubre; pagos al sistema de seguro de salud para los mayores de edad (Medicare) por 18.000 millones de dólares para el 1° de noviembre; salarios y pensiones de militares ése mismo día por 12.000 millones de dólares, según el centro de análisis.
En lo que respecta a la deuda externa, están previstos dos importantes tramos de refinanciación de la deuda federal el 24 y el 31 de octubre, por 57.000 millones y 115.000 millones de dólares, respectivamente.
"El Tesoro deberá pagar más en intereses para atraer nuevos inversores é Incluso es posible, aunque poco probable, que se presenten pocos inversores, forzando al Tesoro a encontrar el dinero en efectivo" para refinanciar, añadió.
Uno de los plazos más delicados es de un pago de intereses sobre la deuda de 6000 millones de dólares para el 31 de octubre.
El Tesoro dispondrá de dos opciones para minimizar los daños: pagar atendiendo una orden arbitraria de prioridad o pagar sobre la base de "primero que llega, primero que recibe", día a día, las facturas a medida que se presentan, con retraso en función de los ingresos en efectivo de su caja.
Para favorecer la cancelación de la deuda por encima de los pagos a los veteranos combatientes será también políticamente muy costoso. "La realidad será caótica: con opciones injustas, el Tesoro seleccionará a los ganadores y los perdedores", provocando la "cólera de la opinión pública", advierte el centro de estudios.
El proceso generaría una cascada de retrasos y una dolorosa incertidumbre para los norteamericanos que esperan sus pensiones, sus salarios, sus prestaciones de salud.
A eso se sumará que desde hace dos semanas ya cientos de miles de empleados públicos se encuentran de licencia forzada sin goce de sueldo por el cierre parcial de servicios federales, causado por la falta de un acuerdo presupuestario en el Congreso.
El año fiscal 2013-2014 comenzó el 1° de octubre sin presupuesto, contrariamente a lo que pide la ley.
Finalmente el 16 del corriente antes de vencer el plazo, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y el líder de los republicanos en la Cámara Alta, Mitch McConnell, han anunciado que han llegado a un acuerdo para elevar el techo de deuda y acabar con el cierre del Gobierno.
El 17 de octubre el Tesoro ya no estará autorizado a emitir deuda y apenas tendrá 30.000 millones de dólares disponibles para eventuales pagos, según dijo su secretario, Jack Lew.
Pero no será ese día la fecha en que, de ocurrir el peor de los escenarios, Estados Unidos entraría en default por primera vez en su historia y el gobierno federal dejaría de pagar, por ejemplo, sus haberes a los jubilados, los intereses sobre su deuda o los salarios a los soldados.
"Es imposible prever con precisión" una fecha exacta, insiste Lew ya que se depende de gastos variables y de los ingresos que puedan generar los impuestos cotidianamente.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) vaticina como fechas posibles para un default la brecha entre el 22 y el 31 de octubre.
Los primeros pagos que se presentarán luego del 17, corresponden a prestaciones sociales: pensiones a jubilados por 12.000 millones de dólares el 23 de octubre; pagos al sistema de seguro de salud para los mayores de edad (Medicare) por 18.000 millones de dólares para el 1° de noviembre; salarios y pensiones de militares ése mismo día por 12.000 millones de dólares, según el centro de análisis.
En lo que respecta a la deuda externa, están previstos dos importantes tramos de refinanciación de la deuda federal el 24 y el 31 de octubre, por 57.000 millones y 115.000 millones de dólares, respectivamente.
"El Tesoro deberá pagar más en intereses para atraer nuevos inversores é Incluso es posible, aunque poco probable, que se presenten pocos inversores, forzando al Tesoro a encontrar el dinero en efectivo" para refinanciar, añadió.
Uno de los plazos más delicados es de un pago de intereses sobre la deuda de 6000 millones de dólares para el 31 de octubre.
El Tesoro dispondrá de dos opciones para minimizar los daños: pagar atendiendo una orden arbitraria de prioridad o pagar sobre la base de "primero que llega, primero que recibe", día a día, las facturas a medida que se presentan, con retraso en función de los ingresos en efectivo de su caja.
Para favorecer la cancelación de la deuda por encima de los pagos a los veteranos combatientes será también políticamente muy costoso. "La realidad será caótica: con opciones injustas, el Tesoro seleccionará a los ganadores y los perdedores", provocando la "cólera de la opinión pública", advierte el centro de estudios.
El proceso generaría una cascada de retrasos y una dolorosa incertidumbre para los norteamericanos que esperan sus pensiones, sus salarios, sus prestaciones de salud.
A eso se sumará que desde hace dos semanas ya cientos de miles de empleados públicos se encuentran de licencia forzada sin goce de sueldo por el cierre parcial de servicios federales, causado por la falta de un acuerdo presupuestario en el Congreso.
El año fiscal 2013-2014 comenzó el 1° de octubre sin presupuesto, contrariamente a lo que pide la ley.
Finalmente el 16 del corriente antes de vencer el plazo, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y el líder de los republicanos en la Cámara Alta, Mitch McConnell, han anunciado que han llegado a un acuerdo para elevar el techo de deuda y acabar con el cierre del Gobierno.
McConnell ha destacado que el acuerdo incluye recortes en los presupuestos como forma de control de gasto, una de las principales preocupaciones de los republicanos, aunque ha indicado que los partidos necesitan hacer más para "poner en orden" la situación fiscal, y McConnell ha asegurado que los republicanos siguen dispuestos a tumbar la ley que amplia los seguros sanitarios a las personas con recursos, conocida como Obamacare, pero por ahora, lo importante era "abrir el Gobierno, evitar la suspensión de pagos y proteger los recortes de gastos alcanzados".
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