googlef87c5bb6a5dde55a.html content='pX8WnVSvXsrSCE6ThXyzIIPFKBjDfIQaaLIdDsNIBzY=' ADNpressOnline: 2011-01-02

sábado, 8 de enero de 2011

El despegue del crecimiento social brasilero con Lula continuará en 2011 con Dilma


Los brasileros en 1964 inauguraron los golpes militares en su pais con un régimen parlamentario democrático de ficción con dos partidos creados por decreto, el PMDB y PSDB que posibilitaron la apertura política desde la presidencia del régimen más duro de Garrastazu Medici al de Figueiredo quién en 1979 firmó la Ley de Admistía al reahabilitar los grupos clandestinos en 1970 donde estaba Dilma que integraba el grupo politico en la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares que apoyaba a Leonel Brizola, un lider "trabalhista" que venía del exilio por haber participado de la lucha armada que resistieron a la dictadura, y Dilma pagó con prisión hasta 1972, que posteriormente les devolvió a los tres mil exilados regresar como héroes como así también amnistió a los torturadores.
En los años 80 los argentinos habian descubierto el "deme dos" y aprovecharon masivamente las playas del Brasil con la diferencia cambial a su favor, en una sociedad donde se horrorizaba por la pobreza, en una brecha social que dejaría al milagro económico de las automotrices para que el militarismo ideara una publicidad eficaz, "Brasil vai pra frente" que significó una alianza para Argentina con el turismo y el Mercosur pero que se vivió con desconfianza.
Hasta entonces se sabía poco de Luis Inácio Lula da Silva, un tornero metalúrgico de barba espesa que estaba liderando huelgas en el grande ABC de San Pablo por mejoras salariales, y forzar la apertura política motivando a los trabajadores para crear el partido politico PT como movimiento social de lucha, en un pais inmerso por la insoportable inflación y una calidad de educación que iguala sus índices de analfabetismo a Nigeria.
Así Brasil pasó de la dictadura a la democracia de forma lenta y gradual con los militares hasta una transición, que no alteró a la civilidad al exigir las "diretas ya" del Presidente, que 15 años después Fernando Henrique Cardoso fue el primer exilado en llegar a la Presidencia para permitir la apertura.
Lula como candidato fue después varias veces derrotado a partir de su candidatura con Collor de Mello y debió esperar poco más de 20 años para dejar de ser el temido agitador social con ideas proletarias, en sacarle a los ricos dinero para distribuir entre los pobres, en oposición a la economía militar que lideraba con Delfin Neto un economista liberal, para conseguir Lula después consolidar al capitalismo con su carisma y popularidad al continuar las políticas sociales de Cardoso, y por sobre todo su conmovedor destino de operario pobre.
Brasil creó su propio mito económico con su desarrollo gradual y continuo independiente de sus Presidentes, que supo tender la mano a los opositores con igualdad institucional sin favoritismos y que finalmente con un doble periodo, Lula consiguió dejar la Presidencia para ser reverenciado por los poderosos del mundo con el 81% de popularidad. 
Es posible que la razón sea que permitió que no existieron triunfalismos sino coherencia, y que Dilma ahora con sus 64 años deberá enfrentar desafíos al enumerar en su discurso inicial los problemas que tendrá que afrontar: la pobreza, el crimen del narco organizado, la desigualdad social, la educación prioritaria y la preservación del Medio Ambiente.
Las innovaciones que le tocará a Dilma en su liderazgo a su llegada al Planalto son más difíciles de pronosticar que concretar cuando la inversión extranjera directa que llega al Brasil es de un 40% y va un 17% de las exportaciones donde se comercializan U$S 30.000 millones por año.
 Dilma Rousseff es la primera dirigente de formación economista que desconoce el lirismo por ser adicta al trabajo y tiene una planilla de cálculos en su cabeza, es feroz en el trato con sus colaboradores por lo cual no permitirá victimizarse como dirigente moderna por su carácter fuerte, no se arrepiente de su pasado ni tiene resentimientos en un pais gigante, ya que estuvo durante cinco administraciones anteriores desde el plan Real en 1994 con Cardoso y su ministro de Hacienda Itamar Franco, donde obtuvo suficiente experiencia y fortaleza como el pais mismo, a diferencia de los hombres que lo administraron anteriormente que asociaron su historia, y su continuidad ahora quedará por verse junto a su equipo que tiene a Luciano Coutinho como guía intelectual al frente del BNDES, con Guido Manteiga y Antonio Palocci el ex ministro de Hacienda de Lula y ahora jefe de la Casa Civil y su ministro canciller Antonio de Aguiar Patriota de Relaciones Exteriores que llegará a Buenos Aires para entrevistarse con Timerman para gestar su próxima visita al país para un encuentro con Cristina.
TELAM-3-1-11. Los dos gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva dejarán como principal legado una transformación social que se refleja en el surgimiento de una nueva clase media a la que ascendieron en ocho años 30 millones de brasileños, y que por primera vez dentro de la composición de clases 28 millones dejaron atrás la pobreza en el pais.