Como cada cuatro años, en 2016 las miradas se volcaron hacia el balcón de la Casa Blanca dónde el pueblo norteamericano eligió al 45° mandatario como el líder de la primera potencia del mundo, a Donald Trump para que decida en lo relativo a la política nacional e internacional.
Lo que el gigante país americano enfrenta es una polarización política nunca vista en el país a los retos de una economía en crecimiento, y a un equilibrio mundial de poderes de consecuencias imprevisibles y donde los republicanos mantendrán mayoría en la Cámara Baja del Congreso.
La economía crece en el entorno del 2% y la creación de empleo mantiene el paro en el 5%. La Reserva Federal (el Banco Central de EE UU) favorece la expansión manteniendo el precio del dinero entre el 0,25% y el 0,50%, sin embargo, no todo son buenas noticias.
Los economistas coinciden en que el país necesita aumentar su productividad y el poder adquisitivo de la clase media que también debe crecer, en contrario la Reserva lleva tiempo advirtiendo en que los tipos de tasa de interés tendrán que subir. Sin embargo China está entre los mayores tenedores de bonos de deuda americana, y de la buena marcha de su economía dependen también la estabilidad de las exportaciones locales, y en consecuencia millones de empleos estadounidenses.
En el plano internacional "EE UU ha gastado 3 billones de dólares en tres guerras (Irak, Afganistán y Al Qaeda) y no ha ganado ninguna", a pesar que Obama ha extendido las acciones militares de Irak a Libia y Siria y después ha firmado un pacto nuclear con Irán. Israel sigue siendo su socio preferente en la zona, pese al pueblo palestino en disidencia.
El Estado Islámico es la nueva prueba de fuego que tiene Trump por delicado tema a resolver y además quiere desligarse de la OTAN con una campaña más dura contra los yihadistas.
Trump declaró antes de ser candidato que el cambio climático era un invento para frenar la economía americana y favorecer a China con un documento por el que se comprometían de forma conjunta a reducir drásticamente las emisiones contaminantes, pero el líder republicano no garantiza su cumplimiento, lo que afectaría tanto a su socio asiático como a otras potencias emergentes del planeta.
Algunas propuestas de su campaña presidencial son;
Trump propuso desde el inicio de su candidatura la construcción de un muro en la frontera con México que sería sufragado por el país vecino.
Ampliar el permiso para llevar armas a los 50 Estados del país. Mejorar el sistema existente de revisión de antecedentes personales para vender armas.
Activar el conocido como "Project Exile" mediante el cuál se condenaría a 5 años de cárcel sin derecho a libertad condicional a quién cometa un delito con un arma de fuego.
Establecer aranceles comerciales contra México y China, el tercero y segundo socio comercial de EEUU. Reducirá el número de tipos impositivos de siete a tres.
Simplificar la normativa tributaria estadounidense de los contribuyentes más ricos.
Reestructurar la deuda pública. Poner un tope de 15% en los impuestos que pagan las empresas, sea cual sea su tamaño. Eliminar el impuesto a las herencias.
Manifestaciones de protesta al día siguiente contra Donald Trump, elegido nuevo presidente de Estados Unidos, se produjeron en varias ciudades norteamericanas: de Oakland, Los Angeles (California) a Portland (Oregon) y Nueva York. Se quemaron banderas de Estados Unidos y también una piñata con la forma de Trump, además de bloqueos de calles con tachos de basura prendidos fuego.
