googlef87c5bb6a5dde55a.html content='pX8WnVSvXsrSCE6ThXyzIIPFKBjDfIQaaLIdDsNIBzY=' ADNpressOnline: 2011-03-20

domingo, 20 de marzo de 2011

JAPÓN; la tierra treme junto a los mercados globales

Una serie de violentos terremotos en la región de Niigata, dejó 14 muertos y 700 heridos en el noroeste de Japón, en la localidad de Ojiya, de 40.000 habitantes, al quedar totalmente aislada y sin electricidad y además, cinco personas permanecían ayer sepultadas entre los escombros de un edificio que se derrumbó. Las brigadas de socorristas tenían la esperanza de rescatarlas con vida y unas 42.000 personas fueron evacuadas y alojadas en escuelas de otros edificios públicos, mientras la sucesión de réplicas continuaron durante la noche, hizo que miles de personas permanecieran a la intemperie.
El sismo más intenso alcanzó a los 6,8 grados de la escala de Richter a las 17.56 hora local y en las dos horas siguientes, otros tres sismos intensos se sucedieron en la provincia de Niigata, 250 kilómetros al noroeste de Tokio, junto con una veintena de réplicas que provocaron pánico en la población.
El mayor terremoto en la historia de Japón habría desplazado la isla principal del archipiélago unos 2,4 metros hacia el Oeste, según revelaron las imágenes satelitales tomadas por la NASA antes y después de la tragedia, y los cálculos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), visto en un mapa de la Autoridad de Información Geoespacial (GSI) en Japón, que muestra el patrón de cambio en una gran superficie y que concuerda con el cambio de la masa terrestre, fue revelado por el geofísico del USGS Kenneth Hudnut, y también agregó el sismólogo Paul Earle; "Creo que 2,4 metros es un número importante".
La agencia espacial norteamericana (NASA) publicó dos imágenes que ilustran el desplazamiento de Japón, las fotografías fueron tomadas por un espectrorradiómetro de imágenes de su satélite Terra y ambas imágenes muestran el litoral oriental de Japón y sobre todo la región de Sendai, el epicentro de la tragedia humana tras el terremoto, con la diferencia de que una fue tomada el 26 de febrero y la segunda, el16 de marzo.
El sismo y el movimiento tectónico son resultado de "fallas de ajuste" a la lo largo de la frontera entre las placas del Pacífico y América del Norte, según el USGS, por la cuál la placa del Pacífico se ajusta por año unos 83 mm, pero un terremoto de gran magnitud puede mover considerablemente las placas con consecuencias catastróficas.
"Con un terremoto tan grande, se pueden generar cambios enormes", declaró Earle, que recordó que movimientos similares se produjeron en Chile e Indonesia durante los devastadores terremotos que sufrieron ambos países.
El terremoto de Japón, de 9 grados en la escala de Richter, también pudo haber desplazado 10 centímetros el eje de rotación de la Tierra, según estimó un estudio preliminar del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia (INGV).
Por su parte, Richard Gross, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, advirtió que después del terremoto, el eje de la Tierra se habría desplazado cerca de 15 centímetros, el doble que durante el terremoto de Chile, en 2010.
Este movimiento, imperceptible para los humanos, también habría tenido efectos sobre la duración del día. Según mis cálculos -afirmó el investigador-, la duración del día se ha acortado en 1,8 millonésimas de segundo, un tiempo al que hay que añadir las 1,2 millonésimas de segundos que se perdieron tras el sismo que afectó a Chile el año pasado.
Cuando la placa de Nazca se deslizó bajo la placa sudamericana y la movió hacia el eje terrestre, la rotación de la Tierra sufrió una pequeña aceleración. De la misma forma, el terremoto de 2004 en Sumatra también redistribuyó la masa del planeta, lo que causó una aceleración en su velocidad de rotación (los días se acortaron entonces 6,8 millonésimas de segundo).
La conmoción y el dolor se adueñaron de Japón a pocas horas del devastador terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter, que impactó en la isla y que provocó un tsunami con olas de 10 m, dejando más de mil muertos y desaparecidos, además de arrastrar autos, casas, barcos y provocar varios incendios fuera de control que obligaron a declarar el estado de emergencia en el país asiático.
La agencia Kyodo informó que ocurrieron algunos incendios en Nagaoka, una ciudad de 200.000 habitantes, y agregó que unas 278.000 personas quedaron sin energía eléctrica y algunas áreas sufrieron la interrupción de sus comunicaciones telefónicas.
Periodistas de la televisión pública NHK informaron que Ojiya quedó aislada completamente, ya que la ruta que lleva al lugar se hundió 20 metros y "Nadie sabe lo que ocurrió en el poblado", dijeron.
El tren de alta velocidad Shinkansen descarriló a raíz de los fuertes terremotos, según dijeron fuentes locales. El tren se dirigía de Tokio hacia la prefectura de Niigata y la empresa ferroviaria ordenó detener a todos los trenes de alta velocidad en la zona.
Las provincias del litoral oriental de Ibaraki, Tochigi, Miyagi, Iwate y Fukushima son las más afectadas y el daño causado a las viviendas superará los 20.000 millones de dólares, según afirma la empresa. Air Worldwide, en tanto, difundió una cifra preliminar para lo que se avecina para el sector de las aseguradoras. "Las pérdidas en propiedades aseguradas provocadas por el terremoto alcanzarán entre 14.500 y 34.600 millones de dólares", señaló.
El sismo superará con creces al más costoso de la historia moderna en términos de pérdidas por seguros: los cerca de 15.000 millones de dólares del terremoto de Northridge de 1994 en California.
De todos los desastres ocurridos desde 1970, ajustados por la inflación, sólo estará detrás en costos de seguros del huracán Katrina.
Ahora, el gran desafío de las autoridades japonesas será despejar la incertidumbre sobre la marcha de la economía en los próximos días y evitar un "lunes negro" en la Bolsa de Tokio, que operará con normalidad a pesar del sismo.
Los tres grandes fabricantes japoneses de automóviles -Toyota, Nissan y Honda- se vieron obligados a paralizar su producción ante la falta de suministros.
Lejos del pánico, el temple aflora por todos lados en la gente es lo que se advertía en la ciudad, era la cortesía habitual de los japonese a pesar que las noticias aumentaban por los reactoes en riesgo, la emoción continuaba contenida bajo la capa de orgullo de un pueblo que se considera imparable.
Algo de ése sentimiento emergió en una de las terminales de colectivos de ésta ciudad cuándo llegó un vehículo con pobladores procedentes de Sendai, la ciudad que sufrió de lleno el latigazo de la tragedia.
Los pronósticos son inquietantes y se sabe que los próximos días serán cruciales para medir la eficacia en el control de los reactores y que, al mismo tiempo, la agencia oficial advierte sobre nuevas réplicas del terremoto. Aun así, la obsesión es retornar al trabajo.
El subte, sumamente extendido en la ciudad, funcionaba normalmente, al igual que la mayoría de los trenes, a la espera del impacto eventual en los cortes de energía programados.
El objetivo es tratar de asegurar el desplazamiento de millones de personas hacia sus trabajos y desde ellos poder continuar con la actividad cotideana.