googlef87c5bb6a5dde55a.html content='pX8WnVSvXsrSCE6ThXyzIIPFKBjDfIQaaLIdDsNIBzY=' ADNpressOnline: 2012-09-30

lunes, 1 de octubre de 2012

Unión Europea; mucho relato y poca resolución !!

Algo parece que no encaja. Mientras las muchas opiniones públicas del continente muestran un creciente rechazo hacia la Unión Europea, los líderes políticos se embarcan en un proyecto que se resume en la remanida expresión de"más Europa". O sea, no se quiere una taza, sino taza y media.
En un rápido vistazo a la coyuntura europea indica que el horno no está para bollos ya que según la última cifra de Eurostat, 25,2 millones de personas en los 27 países de la UE están de paro.
Las penas de los griegos y los portugueses parecen enquistadas y lamentables y los españoles y los italianos sufren problemas similares mientras que sus Gobiernos intentan eludir un rescate entre tira y afloje sin resolver los grandes problemas que les preocupan, y Francia, con un desempleo altamente desbocado, proyecta nuevos recortes sin resolver sus mayores apremios.
Así las cosas no funcionan, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha propuesto una federación de Estados europeos y el llamado Club de Berlín, formado por 11 países de la UE -entre ellos, España y Alemania-, dice estar trabajando por un super gobierno europeo con más poder y un presidente de la Comisión elegido directamente por los ciudadanos. Y entonces habrá muchos que se pregunten para qué queremos una UE más fuerte empeñada en el control de déficit público, parece haberse olvidado de los auténticos problemas de los ciudadanos: paro galopante, recorte de los servicios públicos, poder adquisitivo en baja y clara devaluación de su voto cuando elige Gobiernos que no toman decisiones de las necesidades ciudadanas sino de sus programas electorales y sumisa obediencia a los banqueros, de Berlín, el FMI, el BCE y Bruselas.
Vivimos al galope en un estado de emergencia pero sin definir el rumbo.
A lo largo de 55 años de existencia, la UE jamás se había enfrentado a una crisis tan profunda y larga como ésta, a pesa de instituciones aún por fundar, otras en rodaje y una moneda única comenzó dando sus primeros pasos, se está viendo obligada a armarse en tiempo récord contra éste gigantesco ataque al euro, y a los estándares sociales de vida. Puede servir para entender las políticas actuales, pero no alcanza para justificarlas.
El tradicional juego de los gobernantes nacionales de echarse culpas unos contra otros ya sea Bruselas como si no fueran coautores de las decisiones es un arma letal contra el europeísmo.
Es asombroso oír a Rajoy hablando de que hay que seguir "lo que diga Europa" -así, en tercera persona- como si no supiera que quién más poder tiene en Bruselas son los 27 jefes de Estado o Gobierno de la UE, y son los mismos tecnócratas de Bruselas los que obedecen sus órdenes y no al revés.
Así se entiende mejor a Barroso cuando lamenta que los Gobiernos se presentan en las cumbres como combatientes de boxeo y que el contribuyente rescate al banco luego sea desahuciado.
¿En qué quedamos? ¿Quiénes imponen la austeridad, el control del déficit y la reducción del Estado de bienestar? ¿Seguro que solo son Berlín o el FMI?
Quizás, como diría Aznar, los responsables no están en montañas tan lejanas, a lo mejor están, sencillamente, haciendo inoperancia de sus responsabilidades y, además, absteniéndose de participar activamente en la política europea para resolver su crisis solo de palabra, sin hechos.
Sí, necesitamos una Europa más democrática que nos fortalezca frente a los dictados financieros y que sienta la necesidad, aunque solo sea por electoralismo, de cuidar al contribuyente.
Que salve el euro y rescate bancos, pero que sobre todo defienda a sus votantes: la Europa social que tantos soñaron y no la coartada de gobernantes mediocres de mucho relato retórico.