googlef87c5bb6a5dde55a.html content='pX8WnVSvXsrSCE6ThXyzIIPFKBjDfIQaaLIdDsNIBzY=' ADNpressOnline: 2007-11-11

sábado, 17 de noviembre de 2007

"COMO será la TIERRA en el FUTURO"

Los geólogos piensan que los continentes se volverán a unir ....
LONDRES.- Es el año 250.000.000 y la Tierra está viva. Los humanos hace mucho que hemos perecido, pero el planeta todavía es el hogar de una asombrosa serie de formas de vida. Sin embargo aparte de unos pocos misteriosos fósiles, no hay rastros de que alguna vez existimos.
Si pudiéramos visitar ésta Tierra del futuro apenas podríamos reconocerla. Los continentes se han unido para formar un solo y gigantesco supercontinente rodeado por un océano global. Gran parte de la tierra es un desierto inhóspito mientras que la costa es golpeada por feroces tormentas. Los océanos son turbulentos en la superficie y carentes de oxígeno en sus profundidades. La enfermedad, la guerra o la colisión de asteroides han terminado con los humanos y muchas de las especies que conocemos hoy se extinguieron y la competencia ha acabado con el resto, excepto con los más fuertes. Algunos para conseguir sobrevivir la especie humana emigraron a la conquista de otros planetas.
Este supercontinente no es el primero que surgió en la Tierra y no será el último. Hoy los geólogos piensan que los movimientos de los continentes de la Tierra son cíclicos y que cada 500 a 700 millones de años se vuelven a juntar. Desplegarse en un período tres veces más largo que el que le lleva a nuestro sistema solar orbitar el centro de la galaxia, es uno de los patrones más grandiosos de la naturaleza. Entonces, ¿qué produce este ciclo y cómo será la vida, la próxima vez que los continentes se unan? Hacia dónde va la Antártida Los continentes se mueven debido a la circulación que se produce en la capa terráquea debajo de las siete placas tectónicas más importantes. Una placa es forzada debajo de la otra en un proceso llamado subducción, que quiebra la corteza en el otro lado de la placa permitiendo que nuevas rocas fundidas broten a la superficie para llenar la brecha.
Este proceso hace que el depósito oceánico está constantemente siendo recreado y destruido pero, debido a que los continentes están hechos con rocas menos densas que el pesado fondo del océano, suben más alto y así escapan a la subducción. Así, los continentes mantienen su forma durante cientos de millones de años mientras se deslizan lentamente por el planeta. Sin embargo, inevitablemente colisionan y a veces se unen para formar un supercontinente.
El más reciente, Pangea, formado hace 300 millones de años, se quebró 100 millones de años más tarde, cuando se desarrollaron los dinosaurios. Hace alrededor de 1100 millones de años se formó otro supercontinente llamado Rodinia que se quebró 250 millones de años más tarde. Antes de ese hubo otro y casi seguramente muchos más antes, pero como la formación de un supercontinente tiende a destruir la evidencia del anterior, nadie puede estar seguro sobre cuántos ha habido anteriormente.
En este momento estamos en medio de un ciclo de grandes cambios que comenzó con el climático. El Pacífico se está cerrando a medida que los depósitos oceánicos se hunden en zonas de subducción en el Pacífico norte, mientras que la estribación del Atlántico medio alimenta un nuevo piso oceánico y las Américas se separan de Europa, Australia se mueve hacia el norte y hacia el sudeste de Asia.
Los continentes se mueven alrededor de 15 milímetros por año. Hay dos maneras en que los continentes de hoy pueden llegar a unirse. Si el Atlántico continúa ampliándose, las Américas finalmente podrían chocar con Asia. Otra alternativa sería que una zona de subducción se abriera de alguna manera en el Atlántico y retrajera el piso marino, forzando a Europa y a América a unirse. Esto esencialmente recrearía a Pangea.
En 1992, el geólogo Chris Hartnady, de la Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, aceptó el desafío de imaginar el próximo supercontinente. Como el Atlántico continúa ampliándose, explicó, "las Américas, moviéndose en el sentido de las agujas del reloj alrededor de un punto central en el nordeste de Siberia, parecen destinadas a fusionarse con la margen este del futuro supercontinente, al que el geólogo de Harvard Paul Hoffman llamó Amasia".
En esta visión del futuro, Australia continúa hacia el Norte, mientras que Africa y la Antártida permanecen más o menos en su posiciones actuales.
Roy Livermore, de la Universidad de Cambridge, llegó a una conclusión similar. A fines de los años 90 creó su propia versión de Amasia, un supercontinente que llamó Novopangea. "Me he tomado la libertad de abrir una nueva grieta entre el océano Indico y el Atlántico norte -dice-"Sabemos que la grieta del este africano está activa, de manera que proyectamos eso al futuro abriendo un pequeño océano. Africa oriental y Madagascar se mueven a través del océano Indico hasta llegar a Asia; Australia ya ha tocado el sudeste asiático."
Al sur de lo que hoy es India, una cadena montañosa ha surgido del mar a lo largo de una nueva zona de subducción. Justo al Sur se encuentra la Antártida.
En el futuro ideado por Livermore, todos los actuales continentes forman parte. "No creo que la Antártida se quede en el polo -afirma-. Quiero que venga hacia el Norte." Para que esto suceda postula una nueva zona de subducción. "Lo hermoso de todo esto es que nadie podrá jamás demostrar que estoy equivocado", asegura.
Por Caroline Williams y Ted Nield De New Scientist

jueves, 15 de noviembre de 2007

"El destino del Universo está en disgregarse... será por causa de los "campos fantasmas"...?

Todo impulsó a pensar a los científicos que el punto inicial fué el Big Bang como la explosión inicial para que el universo se expandiera y éste se frenaría por la atracción gravitatoria de los planetas por su propia masa....

Para llegar a éstas conclusiones los investigadores estudiaron a las supernovas que tienen el mismo brillo y detectaron después de dos semanas cuándo éstas explotaron, compararon la luz recibida con la que éstas tenían antes y así pudieron determinar a que distancia están.
Es así que en 1996 y 2003 los astrónomos del mundo tenían conseguido interpretar lo que llamaron "el alarido de la luz" de las estrellas en explosión situadas en los confines del universo, predecían que el destino del universo era disgregarse en el infinito.
Las mediciones de los investigadores indicaban que el cosmos se estaba expandiendo cada vez más impulsado por la fuerza oscura que contrarresta a la gravedad y surge de la nada.
Para muchos éstas conclusiones eran inesperadas y contradecídas por algunos científicos por ciertos prejuicios, pero los 51 investigadores del High Z Supernova Search Team del Supernova Cosmology Project Team recibieron en Cambridge el Premio Graber 2007 de U$S 500.000 considerado como Nóbel en la Cosmología y uno de ellos recayó en el argentino Alejandro Clocchiatti, un especialista estudioso de las supernovas que se había preguntado si el universo se estaba frenando mucho ó poco durante sus trabajos de investigación en Chile después de finalizado su doctorado en la Universidad de Texas.
En su opinión, básicamente los resultados observados en sus investigaciones indican que el universo se expande hoy más rápido que en la época en que se formó el sistema solar, dice, y los objetos se distancian a una velocidad proporcional a su distancia, es decir cuánto más lejos están, más rápido se alejan, aclara Clocchiatti, nacido en San Nicolás y graduado en la Universidad de La Plata, actualmente reside en Santiago, Chile y es investigador y docente en la Universidad Católica chilena.
El plan proyectado conciste en medir la velocidad de expansión del universo de distintas distancias y para medirlas se usa la luz que tarda en llegar hasta nosotros del espacio que en realidad nos indica como era la expansión en el pasado.

Las supernovas explotan en todas las galaxias cada cien o 200 años, es decir si uno mira una galaxia 100 años, verá una, pero si mira 10.000 en pocos días encontrará varias, explica Clocchiatti.
La estrategia es observar miles de galaxias para conseguir ver en cuáles había explosiones de supernovas y analizar su espectro e identificar la primera, y a ésta seguirle el rastro. Las supernovas tardan 2 semanas en explotar y en ese tiempo su brillo va aumentando.
Si uno tiene la posibilidad de captarla y seguirla durante 30 días puede trazar su curva de luz y tener la medida de la distancia a que se encuentra. Con ése dato y la velocidad de expansión en la galaxia se pueden obtener algunas conclusiones.
Así se consiguió llegar a una sorpresa; el universo no se desacelera ni mucho ni poco..., sino se acelera.
Al tener en cuenta que una fuerza es igual a la masa por su aceleración según la teoría de Einstein, entonces algo está empujando en el universo.
Einstein para que su teoría no colapsara intrdujo la constante cosmológica que equilibra la fuerza de gravedad, E= k m.a, pero si el universo está en expansión como lo demostró Edwin Hubble no es necesario la constante cosmológica, pero esa fuerza podría explicar la aceleración, explica Clocchiatti.
Llegará el momento en que la velocidad de los objetos alejados se acelerarán a velocidad de la luz y quedarán en nuestro universo visible, los objetos ligados a nosotros gravitarían entre sí como nuestro vecindario cósmico.
Así en un futuro lejano nuestro universo estará compuesto por burbujas gravitatorias ligadas entre sí y estaremos en una isla en el espacio. Pero podrá ser peor ya que la aceleración podría producirse por otras causas que disgregarían la unión gravitatoria como el sistema solar a la tierra misma y ésto los astrónomos lo llaman "campos fantasmas" y ésa es la nueva pregunta que surge y que desean responderse sus colegas científicos y Clocchiatti en un futuro próximo.
por Nora Bar La Nación

martes, 13 de noviembre de 2007

Descubren que rayos cósmicos llegan del espacio y se desparraman en cascada en radio de 15 Km

Se está por develar uno de los misterios del cosmos después de un siglo en que el físico alemán Victor Hess que volaba en globo a 5000 m de altura, detectó radiaciones penetrantes llegadas del espacio.
Un equipo de 400 científicos de todo el mundo y algunos argentinos acaban de resolver uno de los misterios que llevó a las cimas de las montañas durante varios años para conocer de donde provienen las partículas de rayos cósmicos de elevada energía.
Según lo publicado en la revista Science, los trabajos avalados por Pierre Auger como hallazgos originales de los rayos cósmicos que llegan al planeta provienen del centro de las galaxias ubicadas a 300 millones de años luz y de los agujeros negros (zonas de alta densidad en el universo donde ni la luz escapa a su atracción), son capaces de acelerar las partículas subatómicas a velocidades de la luz que los astrofísicos llaman "núcleos activos de las galaxias".
"En opinión de Alberto Etchegoyen investigador argentino de la CONICET, cree identificar la fuente de rayos cósmicos de muy alta energía como el nuevo camino hacia una astronomía de partículas cargadas" y por primera vez una fuente manda no sólo radiacción electromagnética sino partículas con masa.
En Malargue, un moderno centro con observatorio de tecnología espacial con telescopio milimétrico anunciaron el hallazgo científico en ésta ciudad mendocina ante un diálogo espontáneo sobre los fenómenos del universo que los investigadores obtuvieron; los rayos cósmicos son protones y núcleos atómicos que atraviesan el universo a la velocidad de la luz y al chocar con la atmósfera terrestre desatan una cascada de partículas secundarias sobre un radio de 40 Km2 o más que fueron observadas por el Observatorio Pierre Auger, una de la instalación experimental en ésa región más grande del mundo con 1600 detectores distribuídos en 3000 Km2 con 24 telescopios para registrar la fluorescencia magnética emitida.
Así en 3 años el Observatorio detectó 27 rayos cósmicos de alta intensidad que pueden vincularse con una certera fuente de emisión al ser deflectados por los campos magnéticos a su paso. Ésto apunta a galaxias cercanas con sus núcleos activos como Centauro A a 11 años luz de distancia de la Tierra.
La mayoría de las galaxias tienen agujeros negros en su centro y tienen miles de millones de veces la masa del sol, así se explica que el agujero negro "se come" toda la materia de su alrrededor como un vórtice que produce un desague en una pileta al producir la rotación del disco de acresión que tiene al ir hacia el agujero negro, salvo los que quedan atrapados por un campo magnético perpendicular al plano de la galaxia que es arrojado hacia afuera como un jet para luego frenarse por el polvo galáctico en forma de lóbulo caliente. Allí se producen ondas de choque y los rayos cósmicos son empujados generando distintas energías.
Cuándo se consiga reunir más registros se podrá conocer mejor de dónde vienen y que campos magnéticos encuentran a su paso y cuál es su máxima energía que pueden acelerarse.
El primer indicio para develar la incógnita surgió de los registros de Centauro A pero al reunir más registros correlacionándolos con otras galaxias cercanas de núcleos activos, podremos anunciar los resultados obtenidos con más certeza. Se espera que con registros durante los próximos 5 años se obtendrán datos más precisos sobre éstas extrañas partículas subatómicas y ampliar su detección el Instituto Pierre Auger planea comenzar la construcción de otro Observatorio gemelo en el Hemisferio Norte en Utah, EE.UU para comparación de datos obtenidos.
ADNe1000